
Claudia Sheinbaum, en su primer discurso como presidenta de México, estableció un compromiso clave: elevar la participación de energías limpias al 45% en la generación de electricidad para 2030. Este objetivo es ambicioso, considerando que en junio de 2023 las energías limpias representaban solo el 26% de la producción total, según datos de la Secretaría de Energía.
Brecha por Superar y Comparaciones con el Sexenio Anterior
Durante la administración de Andrés Manuel López Obrador, la participación de energías limpias creció apenas cuatro puntos porcentuales, pasando de 22.5% en 2018 a 26.5% en 2023. La disminución de la energía hidroeléctrica, producto de la baja en disponibilidad de agua por el cambio climático, fue un factor que afectó este crecimiento.
El Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen) prevé un aumento de la demanda energética del 2.5% anual, mientras que en 2023 esta creció un 3.5% respecto al año anterior, lo que subraya la necesidad de un sistema más eficiente y basado en energías renovables.
Inversión Necesaria y Proyectos en Marcha
Para alcanzar la meta del 45% en 2030, se estima que México deberá invertir entre 20 mil y 50 mil millones de dólares, cifra muy superior a los 3 mil 191 millones de dólares invertidos durante el sexenio anterior en proyectos de energía limpia. Esta inversión se dividiría en:
- 35 mil millones de dólares en la construcción de parques solares y eólicos.
- 15 mil millones de dólares en la infraestructura de transmisión que permitirá llevar la energía generada hacia los centros de consumo.
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) trabaja en la modernización de 17 centrales hidroeléctricas, lo que promete aumentar la capacidad de generación limpia y cumplir con los compromisos energéticos y ambientales.
Dependencia del Sector Privado y Obstáculos Regulatorios
Especialistas coinciden en que el logro de esta meta depende del apoyo del sector privado, para lo cual es crucial establecer reglas claras que generen certidumbre en las inversiones. Sin embargo, las reformas impulsadas por el gobierno anterior limitaron la participación privada en el sector energético, lo que representa un reto adicional.
Ana Lilia Moreno, de México Evalúa, subrayó que el cumplimiento de las leyes vigentes, como la Ley de la Industria Eléctrica y la Ley de Transición Energética, generaría la certidumbre necesaria para atraer inversión privada.
Plan Nacional de Energía y Compromisos Futuros
Sheinbaum anunció que en los próximos días se presentará un Plan Nacional de Energía enfocado en transición energética y eficiencia, con énfasis en fuentes renovables como la solar y la eólica. También garantizó precios bajos de energía limpia para las actuales y futuras generaciones, señalando que la producción de petróleo con Pemex se limitará a 1.8 millones de barriles diarios, priorizando el consumo interno.
Este plan marca un cambio de rumbo respecto a la política energética de López Obrador, quien impulsó la construcción de la refinería Dos Bocas y bloqueó las subastas para adquirir energía renovable, afectando el desarrollo de nuevas centrales eólicas y solares.
La infraestructura eléctrica actual aún no es suficiente para conectar zonas de alto potencial, como el Istmo de Tehuantepec o el norte de Yucatán, con el Sistema Eléctrico Nacional. Sin esta conectividad, la expansión de energías limpias podría estancarse, advierte Víctor Ramírez, especialista en energías renovables.
El éxito del proyecto propuesto por Sheinbaum dependerá de la inversión en infraestructura y la colaboración entre el sector público y privado, lo que será determinante para cumplir con el compromiso del Acuerdo de París, en el cual México se comprometió a generar el 35% de su energía mediante fuentes limpias para 2024.