
Felipe Calderón Hinojosa confió plenamente en Genaro García Luna desde el inicio de su administración (2006-2012), otorgándole poder, recursos y autoridad para liderar el combate al crimen organizado. La figura de García Luna resultó clave en la estrategia de seguridad del gobierno de Calderón, a quien el expresidente elogió en sus libros, incluso años después de haber dejado el poder.
Reconocimientos a García Luna y gabinete de seguridad
En su libro Los retos que enfrentamos (2014), Calderón reconoció a García Luna y otros altos mandos de su administración por su “patriotismo y valentía”. Entre los nombres más relevantes mencionó a:
- Guillermo Galván (Defensa Nacional)
- Francisco Saynez (Marina)
- Eduardo Medina Mora y Marisela Morales (Procuraduría General de la República)
- Francisco Blake y Juan Camilo Mouriño (Gobernación)
García Luna, quien fue el único civil de los colaboradores más cercanos de Calderón, ejerció un rol esencial en la estrategia contra el narcotráfico, aunque el expresidente insistió en llamarla “estrategia nacional de seguridad”.
Aportaciones y expansión del poder de García Luna
Durante el sexenio, García Luna impulsó varias iniciativas como:
- La creación de Plataforma México, un sistema de información criminal.
- La reforma y ampliación de la Policía Federal Preventiva, que pasó de 6,000 a 36,000 elementos.
- Un incremento del presupuesto de la Secretaría de Seguridad Pública, que creció de 13,664 millones de pesos en 2007 a 40,536 millones en 2012.
García Luna también coordinó operativos de gran impacto, como la toma de las instalaciones de Luz y Fuerza del Centro en 2008, resguardando bienes estratégicos y evitando conflictos sociales.
El escándalo de la condena
En 2023, Genaro García Luna fue sentenciado a 38 años de prisión en Estados Unidos por vínculos con el narcotráfico. En respuesta, Calderón expresó en su libro Decisiones difíciles (2020) que nunca tuvo acceso a evidencia verificable que conectara a García Luna con actividades ilícitas.
Calderón subrayó que la política de seguridad de su gobierno no dependía únicamente de García Luna, destacando que colaboraban múltiples instituciones nacionales e internacionales. Sin embargo, la caída de su excolaborador supuso una “grave falta a la confianza” hacia quienes arriesgaron la vida en la lucha contra el crimen organizado.
Reflexión del expresidente
Calderón manifestó sorpresa por la sentencia de García Luna y defendió su nombramiento, justificando que su experiencia en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) y en la Agencia Federal de Investigación (AFI) lo convertían en el perfil más adecuado para liderar la seguridad nacional. A pesar de los escándalos, reafirmó su compromiso con el combate al crimen durante su mandato.
Esta situación marca una de las controversias más delicadas del calderonismo, cuestionando las decisiones clave que definieron la seguridad pública de México.